Efectivamente todo empezó por culpa de un carrot cake que me tomé en el aeropuerto de Orly.
Siempre me había sonado raro lo de poner zanahoria en un bizcocho, pero la verdad es que tenía buena pinta y a mí me encanta probar cosas nuevas.
Estoy segura de que se me quedó una cara de boba increíble cuando lo probé, me pareció una de las cosas más deliciosas que había comido nunca. La suavidad, el toque de canela, los trozos de frutos secos, esa cosa blanca y dulce de la parte superior (por entonces no había oído hablar de frosting, icing, buttercream y demás palabros del vocabulario repostero actual, jeje).
El caso es que buscando cómo hacer algo parecido en casa, descubrí un mundo lleno de blogs de repostería, sobre todo dedicados a cupcakes. Los había visto en películas y series, pero no sabía qué tenían de especiales. En fin, qué os voy a contar, una variedad de sabores increíble, decoraciones para todos los gustos, especiales según la época del año... no podía dejar de mirar blogs y más blogs, y de pensar en todas las recetas que quería hacer.
Así que el carrot cake iba perdiendo terreno y empecé a hacer cupcakes como loca, sobre todo cuando vi que gustaban bastante a familia y amigos :-D
Pero todo llega, y por fin me decidí a poner manos a la obra (o mejor dicho a la zanahoria!). Recordaba que había visto una receta de algo parecido a un carrot cake en un especial navideño de una revista francesa que me encanta (Modes et Travaux), la cual compré hace un par de años. Como las recetas que vi por internet no me convencían del todo, decidí darle una oportunidad a la receta de esta revista dándole un toque personal.
INGREDIENTES para la masa:
250 g de zanahorias limpias
2 huevos
100 g de azúcar glass
50 g de harina
250 ml de aceite de sabor suave
1 cucharadita de levadura
60 g de nueces
70 g de almendras o de almendra molida
50 g de pasas moscatel
1 pizca de sal
1 cucharadita de canela
10 g de mantequilla (para el molde)
Lo primero es lavar bien las zanahorias y rallarlas con un rallador de los de queso, para que queden trocitos finos y pequeños, así luego no se notarán en el bizcocho y tendréis que explicar a la gente que el sabor ese tan especial, es por que habéis usado zanahorias, seguro que se sorprenden!!
En un bol aparte, batir los huevos con el azúcar glass. Tamizar la harina con la levadura y añadírselo a los huevos batidos con el azúcar.
Triturar las nueces y las almendras. Yo usé nueces de las que se compran ya peladas, las metí en una bolsa de las de congelar y las alisé con el rodillo de cocina, para romperlas en trocitos pequeños. En el caso de las almendras, usé molidas, pero si usáis enteras, podréis partirlas con un mortero, con la bolsa + rodillo, picadora si tenéis... Como sabía que de los que iban a probarlo algunos son antipasas, las corté también en 2 o 3 trocitos.
Añadir los frutos secos triturados, el aceite y la sal a la mezcla. Batir con varillas manuales para integrar bien. Después, añadir la zanahoria triturada y repartirla de manera homogénea con ayuda de las varillas.
Enmantequillar un molde (yo no tengo molde de cake rectangular, el que tenía lo empecé a usar para hacer jabón y no es recuperable :-( así que usé uno circular de los de fondo desmontable, de 18 cm.
Horneé el bizcocho a 180º una media hora, se hizo bastante rápido y subió de manera muy controlada, no me hizo el típico volcán como me sucede en ocasiones con otras masas. Eso sí, lo coloqué en la mitad inferior del horno, por si acaso ;-)
como probablemente os habréis dado cuenta al leer los ingredientes y el paso a paso, hay algo que no cuadra: la canela, dónde está el paso de "cojo y echo canela a la masa"??? eh?? dónde está???
Pues sí, es cierto, se me olvidó añadir la canela. Me di cuenta cuando fui a cortar el bizcocho en dos capas, ya que lo olí y me dije: pues no huele mucho a canela. Pues claro que no huele!! si has dejado el bote de canela sin tocar al lado del bol con los restos de masa!!!
Buff, no veáis qué disgusto me llevé. Pero bueno, la próxima vez no se me olvidará.
En fin, que como os digo, corté el bizcocho en 2 capas, con un "hilo" (ese cacharro que es un hilo metálico sujeto por 2 patas, y que es genial para cortar, ya que no necesitas ser un manitas para dejarlo a la misma altura), aunque podéis hacerlo con un cuchillo de sierra y un poco de cuidado.
Tenía buttercream de vainilla que me sobró del día anterior que hice unos cupcakes, así que decidí aprovecharlo en lugar de hacer glasa real como proponía la receta de la revista.
Para ese buttercream, utilicé 200g de azúcar glass batidos con 60 g de mantequilla y añadí 125 g de queso de untar y una cucharada de extracto de vainilla, mezclado con varillas eléctricas hasta conseguir una textura firme.
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Perdonad que no tenga más fotos, pero no había muy buena luz y sólo hice de la tarta terminada. Me hubiera gustado hacer también del interior, pero nos la comimos ya de noche y en un sitio algo oscuro, así que para la próxima vez que haga carrot cake (con canela!) pondré el detalle del corte del bizcocho y de la decoración.
Eso sí, de sabor me gustó una barbaridad y a la gente también le sorprendió bastante que con zanahorias se pudiera hacer un bizcocho tan rico ^_^
Si tenéis otras recetas o se os ocurren ideas de mejora, no dudéis en comentar o en escribirme.
Un beso!
Al fin encontre tu blog ^_^. Yo si que lo e probado por ahi y esta muy bueno, y ya que tenemos aqui la receta pues este sabado tocara ponerse manos a la masa y carrot cake .
ResponderEliminarHola Viti!!
EliminarHola Viti! gracias por comentar
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